lunes, 24 de marzo de 2014

EL HÁBITO E INTERÉS POR EL ESTUDIO


Hace mucho tiempo, mientras leía un libro titulado “La educación en México” del autor Rius, uno de mis favoritos, encontré  al finalizarlo un dibujo en que se plasmaba lo que más le gustaba a los asistentes a la escuela: la hora de salir, lo cual debe ser cierto puesto que muy pocas veces los jóvenes me han comentado que les guste estudiar, aunque claro ha habido excepciones.
Es muy importante que ahora que cursas la escuela, lo hagas consciente de todo lo que implica, te estas preparando para tus estudios superiores o trabajo y la forma en que lo hagas determinará en gran parte tu futuro económico, familiar, social, personal.
Trata de desarrollar el hábito de estudiar y cuando tomes una clase asiste pensando que algo podrás obtener de ella, es decir, estarás cambiando, creciendo, madurando, aprendiendo, poniendo en práctica tus habilidades.
Tu actitud es muy importante, debes estar plenamente convencido de que quieres aprender, así no te costara trabajando el pasar una hora de clase de cualquier materia.
Te darás cuenta tiempo después que lo que aprendes en realidad es muy básico y que tienes que buscar por tu cuenta. 
Así que mantén una actitud de aprendizaje siempre.



No existe nadie a quien pueda ayudar


Realizaba mis actividades de clase cuando al revisar la tarea hubo una que atrajo enormemente mi atención. La labor había consistido en solicitar a los jóvenes que hicieran un favor a tres personas, debiendo reportar después como les había ido, es decir, cómo se habían sentido después de realizarlo y cómo habían reaccionado las personas que lo recibieron. Para mi sorpresa cuando fueron entregando las tareas y mientras las revisaba, encontré una que especificaba que no había hecho ningún favor y que no había nadie a quien ayudar, por esta razón me atreví a cuestionar a la joven que la había entregado y su respuesta igualmente me pareció importante. Ella respondió  que nadie le  había pedido ayuda durante la semana de la tarea. Yo aproveché para comentar en el grupo lo que enseguida les daré a conocer.
Pienso que en ocasiones la persona que más  ocupa ayuda ni siquiera lo externa es decir, es probablemente quien menos nos lo dará a conocer, ya sea porque no se anima, porque quiere o cree poder resolverla solo o sola, o por muchas otras razones.
Por eso es importante tener bien abiertos los ojos, pero principalmente el corazón, para que podamos entender y ayudar incluso a quien no lo pide.
Pensé dentro de mí, esto va a ser una tarea muy complicada, pero en realidad creo que será bastante sencillo, pues podemos empezar por lo que mejor conocemos, nosotros mismos, nuestra casa, nuestra familia, nuestros vecinos, nuestros amigos y conocidos, nuestros compañeros.
Ayudando en una labor de casa, brindando un consejo, entre otros.
Me gustaría terminar el día de hoy con una frase de uno de los libros más bonitos: EL PRINCIPITO.
“Lo esencial es invisible a los ojos, sólo podemos ver con el corazón”


ALBUM DE PERSONAS A LAS QUE AYUDAMOS


El verano pasado, mientras intentaba juntar dinero para ir a un curso al que quería asistir pero que era un tanto caro, me sucedió algo muy interesante. Sabia que lograría la meta de ir porque me conozco y se que cuando una idea se me mete en la cabeza no hay quien me la quite y esto era algo que me encantaba así que haría todo lo posible por asistir. Recuerdo que busqué varias formas de conseguir prestamos, empeñe algunas de mis cosas, busqué el apoyo de algunos amigos, familiares cercanos etc.

Ya casi por acercarse la fecha de pago, me sorprendió que un compañero al que yo conozco pero no desde hace mucho tiempo, pero con quien tengo un amigo en común, al escucharme me dijo, nunca le he prestado dinero refiriéndose a nuestro amigo, pero yo se que tu tienes muchas ganas de irte y que lo vas a hacer, por eso te voy a prestar.

Me quede asombrada, de como alguien que casi no te conoce, te puede brindar ayuda cuando menos te lo esperas, pero pensé en cómo se lo pagaría, cuando le pregunto me dice,  me das tu cheque en diciembre...

Llego el tan esperado curso, me fui, aprendí mucho y lo que es mejor lo disfrute. Pero ya en diciembre cuando toco el momento de pagarle a mi compañero, volvió a sorprenderme. Me preguntó qué  me trajiste, yo contesté que en verdad haba gastado mucho que no había traído nada ni para mi, a lo que el contestó, es que me gusta conservar algún recuerdo de la persona a la que colabore en que lograra algo...una postal, una foto recibiendo su titulo, un llavero...

Lo que me lleva a escribir el tema de hoy...que bonito seria que pudiéramos formar diariamente un álbum donde guardemos muestras del apoyo que dimos a alguien. Al final de nuestras vidas podríamos sentirnos realmente satisfechos de haber vivido.